La mujer gorda, Tarumba, camina con la cabeza levantada. El cojo le dice al idiota: Te alcancé. El boticario llora por enfermedades. Yo los miro a todos desde la puerta de mi casa, desde el agua de un pozo, desde el cielo, y sólo tú me gustas, Tarumba, que quieres café y que llueva. No sé qué cosa eres, cuál es tu nombre verdadero, pero podrías ser mi hermano o yo mismo. Podrías ser también un fantasma, o el hijo de un fantasma, o el nieto de alguien que no existió nunca. Porque a veces quiero decirte: Tarumba, ¿en dónde estás?
domingo, 8 de noviembre de 2015
La mujer gorda
La mujer gorda, Tarumba, camina con la cabeza levantada. El cojo le dice al idiota: Te alcancé. El boticario llora por enfermedades. Yo los miro a todos desde la puerta de mi casa, desde el agua de un pozo, desde el cielo, y sólo tú me gustas, Tarumba, que quieres café y que llueva. No sé qué cosa eres, cuál es tu nombre verdadero, pero podrías ser mi hermano o yo mismo. Podrías ser también un fantasma, o el hijo de un fantasma, o el nieto de alguien que no existió nunca. Porque a veces quiero decirte: Tarumba, ¿en dónde estás?
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